El pasado sábado nos pusimos rumbo al Parque Nacional del Teide. Queríamos caminar entre la retama y descubrir el fantástico mundo de los tajinastes; y ya que estábamos en el Teide pues apretar un poco en la roca.
El Teide con la retama y su tajinaste
A las 9 en la Orotava, salimos un poco más tarde y en velocidad de crucero en el Pollopatrol llegamos al Portillo. Ahí parada obligatoria y a consultar al personal de medio ambiente una ruta bonita, sencilla y corta. Pues al sendero 6 que sale desde el centro de visitantes.
En él disfrutamos, gozamos, nos sentimos libres y fotografiamos los momentos, los paisajes, la flora y la fauna. Toda una nueva experiencia muy gratificante, quitando las señales de tabaco que hizo el señor Aythami para que las abejas de la época no entraran en acción.
La abeja y la retama
Lleno de colorido
¿Carabus?
Después de que las piernas pidieran paz nos pegamos la comilona, acompañado de nuestros amigos los lagartos.
Y con ello cogimos rumbo a la roca, más que nada por aprovechar el día porque más de uno ya estaba pidiendo una sombra y la morriña podían con ellos.
Con maletas al hombro nos pusimos en camino. Destino: la cañada del Capricho.
Allí montamos los dos V que hay y a escalar… Unos con mas habilidades y otros con menos pero todos lo intentamos, incluso con un rescate in live. Cuya banda sonora no fue otra que “Recue me, de Tokio Hotel”. XD
¡Cuanta clase!
Momento post Rescue me.
Tras la escalada en el Capricho nos fuimos a la vía “Chapa cantosa”. La montamos y a darle pegues para ver quien sacaba el paso de la segunda chapa. (¡Me deben una cerveza. Jajaja…!)
A eso del atardecer, rumbo de la villa y con ella la tufadora del oil del coche y el silencio del cansancio. Menos en el asiento de atrás que iban más que divertidos con las curvitas y el anochecer, ¿eh? Jajajaja… Sr conductor, la próxima mete el 4x4 por las pistas y que se jodan.
¿Una cervecita? XD