El clásico Te Tuareg, mezcla de te verde y bastante azúcar.
No sólo en el desierto, también en las áreas rurales y urbanas de los países abrazados por el Sahara, el té es la bebida por antonomasia.Es el aperitivo, acompaña las comidas y las concluye, es el pretexto para una descanso y una larga charla.
Con el té se acoge al viajero, al amigo, al familiar de visita.
Los Tuareg hierven el té verde chino, a menudo con hojas de menta, mezclado con panes de caña de azúcar. El té se echa en la tetera y sucesivamente en los vasos.
La tradición quiere que se beba tres vasos seguidos veinte veces al día (algo que no se suele cumplir a rajatabla): el primer té será amargo, fuerte como la vida; el segundo, será dulce como el amor; el tercero, ligero como la muerte.
La preparación del té presenta diferencias y a menudo hay un toque personal. Se hace hervir el agua, mientras prepara la zizoua (tetera) con te verde, (tambien es aceptado con te negro en hebras ) y un poquito de hojas de menta, azúcar de caña en pedazos, (en su defecto pancitos de azúcar blanca ). El agua hirviendo se echa en la tetera, donde reposará algunos minutos, luego verterá un poquito de té en un vaso para probar su fuerza y dulzura, si el té está en su punto, lo sirve a los invitados; en caso contrario, devuelve el contenido del vaso a la tetera y espera que se cargue algo más.
El té se bebe muy caliente y muy azucarado. Beber aspirando ruidosamente no se considera de mala educación, es una medida practica para no quemarse.